Durante el show que Genesis ofreció el sábado en el O2 Arena de Londres, Phil Collins anunció su retiro definitivo de los escenarios.
“Ahora tendré que conseguir un trabajo de verdad”, dijo el cantante y baterista, de 71 años de edad y 55 de carrera artística.
Al momento de tirar esa bomba, Collins afrontaba el show sentado en su silla de ruedas, tal como se presentó en la cancha de Instituto el 19 de marzo de 2018, aunque muy debilitado.
Así las cosas, la banda que se completa con el tecladista Tony Banks y el guitarrista y bajista Mike Rutherford debe ponerle fin tanto a su trayectoria como al tour The Last Domino, para el que se había reunido después de 14 años.
En las primeras fechas de esa gira, Phil Collins había aparecido bastante frágil, casi sin poder percutir su batería y caminando hasta el escenario ayudado con un bastón, cuando no lo hacía directamente en una silla de ruedas.
“No hago nada en absoluto. No practico cantar en casa, en absoluto. Ensayar es la práctica”, le dijo en su momento a The Guardian.
“Por supuesto, mi salud cambia las cosas, hacer el programa sentado cambia las cosas”, agregó al tiempo que aclaró que tener que afrontar el espectáculo en esos términos no significaba que iba a “estropearlo”.
“Pero en realidad descubrí que en mis recientes giras solistas, no se interpuso, que la audiencia seguía escuchando y respondiendo. No es la forma en que lo habría escrito, pero es la forma en que es”, redondeó.
Phil Collins, con problemas de salud desde hace 15 años
La salud del cantante y baterista de Génesis ha ido decayendo durante los últimos 15 años.
Sufrió la lesión de una vértebra en la parte superior del cuello, lo que provocó una parálisis en esa zona, al mismo tiempo que luchaba contra una pancreatitis aguda.
“De alguna manera, durante la última gira de Genesis, me disloqué algunas vértebras en la parte superior del cuello y eso afectó mis manos.
Después de una operación exitosa en mi cuello, mis manos todavía no pueden funcionar normalmente. Tal vez en un año más o menos cambie, pero por ahora me es imposible tocar la batería o el piano”, publicó tiempo atrás en la web oficial de Genesis.
Luego de asegurar que no estaba “angustiado” por esta situación, el músico se retiró a Suiza para pasar tiempo con Orianne Cevey, su tercera y ahora ex esposa, y sus hijos Nick y Matt.
Pero ese período se convertiría en uno de los más oscuros después de que su matrimonio colapsara y de que Orianne y los niños se mudaran a Miami.
Para anestesiar los efectos de esa ruptura, Phil Collins contó que comenzó a tomar alcohol en una supuesta justa medida, pero que ese hábito se intensificó cuando mataba el tiempo frente al televisor.
“En cuestión de meses estás bebiendo vodka de la heladera y cayéndote frente a los niños, ya sabés”, reveló en un contacto con la prensa de 2016.
“Pero fue algo que viví, y tuve la suerte de vivirlo y superarlo. Estuve muy cerca de morir”, amplió en aquella oportunidad.
La angustiosa situación llegó a un punto crítico en 2012 cuando fue trasladado de urgencia a un hospital suizo con pancreatitis aguda.
Se dio cuenta de que estaba a solo unas horas de la muerte cuando escuchó al médico preguntarle a su familia si su testamento estaba en orden.
En 2013, los médicos le dijeron que su páncreas mostraba signos de daño permanente y dejó de beber durante tres años.
En estos días no es tan estricto, según consigna The Mirror: “No bebí durante todo ese tiempo, pero ahora soy bastante capaz de tomar dos o tres copas de vino, decir buenas noches y marcharme”.
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