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JAPÓN EJECUTÓ AL "ASESINO DE TWITTER"

  • Foto del escritor: el delivery
    el delivery
  • 27 jun
  • 2 Min. de lectura

 

Takahiro Shiraishi, conocido públicamente como el “asesino de Twitter”, fue ejecutado este viernes en Japón mediante ahorcamiento, luego de ser condenado por el asesinato y desmembramiento de nueve personas en 2017. La noticia fue difundida por los medios japoneses, que citaron fuentes del gobierno, aunque el Ministerio de Justicia aún no confirmó oficialmente el procedimiento y anunció una conferencia de prensa en las próximas horas.

 

Se trató de la primera ejecución que el país llevó a cabo desde 2022 y reabrió el debate en torno a la pena de muerte y su aplicación.

 

Shiraishi, de 34 años, había sido sentenciado en 2020 tras admitir su culpabilidad durante el juicio, donde se mostró sin remordimientos y ratificó cada uno de sus actos.

 

Los crímenes ocurrieron entre agosto y octubre de 2017. Las víctimas fueron ocho mujeres y un hombre, todos jóvenes de entre 15 y 26 años, que presentaban señales de vulnerabilidad emocional. Shiraishi los contactaba a través de Twitter, red social que actualmente se llama X, y les ofrecía ayuda para morir.

 

Una vez que lograba establecer contacto, los citaba en su departamento ubicado en Zama, en la prefectura de Kanagawa. Allí los asesinaba y luego desmembraba los cuerpos. Durante el juicio declaró: “Sí, los maté, y no hay duda de eso”, confirmando su responsabilidad ante el tribunal.

 

El caso salió a la luz luego de que el hermano de una de las víctimas revisara su cuenta en redes sociales y encontrara una conversación con el acusado. Ese dato permitió a la policía rastrear a Shiraishi y descubrir la escena: cuerpos desmembrados, restos humanos almacenados en cajas y heladeras portátiles dentro de su pequeño departamento.


Japón mantiene la pena capital vigente y la ejecuta exclusivamente por ahorcamiento. Esta práctica se realiza de forma reservada, los reclusos reciben la notificación de su ejecución apenas unas horas antes, una metodología que organismos internacionales criticaron por sus consecuencias psicológicas.

 

Aunque la legislación japonesa establece que la ejecución debe concretarse dentro de los seis meses posteriores a la sentencia firme, en la práctica suelen pasar varios años.

 

En diciembre de 2023, el Ministerio de Justicia confirmó que había 107 condenados en el corredor de la muerte. Estas personas permanecen aisladas por tiempo indefinido sin saber cuándo ocurrirá su ejecución. Amnistía Internacional sostuvo que “la incertidumbre permanente constituye una forma de tortura psicológica”.

 

 

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