A raíz de la situación de los perros sueltos en la ciudad y los planteos hechos por la vecina María Gowland, bióloga y docente de la ciudad, el subsecretario de Políticas Sanitarias, Lisandro Fonrradona, estuvo en el delivery para hablar acerca de la realidad que atraviesa Ushuaia y las políticas que lleva adelante el municipio. Fonrradona enmarcó la problemática “en términos de salud pública”.
Las distintas enfermedades zoonóticas presentes son un problema, y es parte “de lo que venimos trabajando desde la Dirección de Zoonosis”, comentó el funcionario. En este sentido aclaró que “no es un trabajo nuevo, sino que es un trabajo que se viene consolidando y que requiere si o si de un proceso que no lleva a soluciones mágicas”.
“Si hay un trabajo constante, si hay un trabajo mancomunado y, esta es la parte más importante, una cuota parte de responsabilidad que cada uno de nosotros como ciudadanos asumimos, es donde vamos a empezar a mitigar el problema de los perros”, declaró.
Acerca de los pasos que hay que llevar a cabo cuando alguien resulta atacado por un perro suelto, Fonrradona explicó que “la ordenanza 4800 establece una serie de multas con respecto a determinado tipo de faltas. No es lo mismo perro suelto, que está considerado como leve, a lo que es mordedura, que está considerada como grave a gravísima. Si un perro muerde a una persona y sólo es la denuncia telefónica, nosotros asistimos a esa denuncia telefónica, pero al no tener prueba para acreditarla en el juzgado de faltas, la multa va a ser solo por perros sueltos”.
Por otra parte, el Subsecretario sostuvo que la Municipalidad no comparte el criterio de instalar comederos que tienen “algunas protectoras y algunas personas particulares”. Fonrradona explicó que “los animales, castrados o no, cuando tienen un lugar donde alimentarse empiezan a generar un circuito y con el riesgo de ponerse territoriales”. Otro de los argumentos, según relató, “tiene que ver con una cuestión de salud pública”, ya que Ushuaia “es una ciudad donde hay ratas y ratones, más allá de lo que es la laucha de campo autóctona de la Provincia, que son vectores de transmisión de enfermedades que están presentes”.
“Por una situación clara de política pública y por una situación clara de incidentes con perros, no acompañamos la medida de tener estos comederos en la vía pública”, aclaró.
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